El antagonismo que rodea al clásico del futbol mexicano, mismo que escenifican las Chivas Rayadas del Guadalajara y las Águilas del América, nació hace algunos ayeres.
Se cuenta que en 1943 comenzó a gestarse la rivalidad que ya caracteriza los partidos entre estas dos escuadras y cuya credibilidad estuvo en riesgo, en algún momento del futbol mexicano, cuando las dos instituciones decidieron intercambiar jugadores.
Sin embargo, todo parece haber vuelto a su cauce, a grado tal que en la actualidad, ninguna directiva se perdona una derrota ante su acérrimo rival.
Aunque Chivas representa el orgullo del pueblo, las ganas de crecer con bases sustentadas en la humildad y en el nacionalismo de su escuadra, que con el manejo de Jorge Vergara aún mantiene su filosofía de no aceptar extranjeros en sus filas, América se caracteriza por derrochar dinero a manos llenas para conformar año con año poderosos planteles, lo que hasta la fecha no ha cambiado.
A los otroras "cremas", se dio en llamarles hace algún tiempo los "millonarios" del América, por lo que ya les comentamos y porque se decía que con esta escuadra se identificaban las clases altas.
Según la historia del clásico más importante del balompié azteca, el 1 de agosto de 1943 se registró el primer partido entre Chivas y América en la Primera División, en el marco del Torneo Copa México 1942-43, donde los tapatíos lograron imponerse por 1-0 a los capitalinos.
Pero poco a poco fue creciendo esta rivalidad, hasta tomar tintes de "clásico".
Sin embargo, no hay que dejar de lado que mientras en 1958, el "Rebaño" atravesaba por un gran momento futbolístico y deportivo, lo que lo llevaría a convertirse en el famoso "Campeonísimo", al coronarse como campeón de liga en ese año y repetir la hazaña de manera consecutiva durante tres ocasiones, los de Coapa pasaban por una mala racha, cosa que incluso, los puso al borde del descenso, al sumar en la mitad del torneo solamente seis puntos.
Se cuenta que entonces llegó para salvarlos don Fernando Marcos, quien era un jugador en retiro, y de inmediato aclaró que "no soy americanista, ni nunca lo seré", pero con todo y eso, logró sacarlos del hoyo quien luego se convirtiera en un excelente periodista y narrador de partidos de futbol.
De esta forma, los americanistas adquirieron el mote de Millonarios y paralelamente con esto, su futbol fue creciendo, para que en la Temporada 1959-60, consiguieran "barrer" con todos sus rivales tapatíos, ya que curiosamente les tocó medirse en hilera ante el equipo Oro, Atlas y Chivas, metiéndole a cada uno un marcador de 2-0.
Al final del encuentro ante el "chiverío", se le atribuye una declaración al técnico americanista Fernando Marcos, quien palabras más, palabras menos, habría señalado: "América no viene (a Guadalajara) a ganar, eso es rutina; nosotros venimos para cambiarle el número de su teléfono de larga distancia. Así que ya lo saben, cuando quieran llamar a Guadalajara, marquen dos cero, dos cero, dos cero, ó el 20, 20, 20, cortesía del América".
Posteriormente, le tocó a los rojiblancos visitar al América en el Estadio de Ciudad Universitaria y ante un coso pletórico, los jaliscienses se cobraron la afrenta con Arpad Fékete en el timón, un húngaro que después sería considerado el "bombero" del futbol mexicano, porque lograba sacar a los equipos del hoyo.
De modo que Chivas venció a los "cremas" por el mismo marcador de 2-0, el 12 de noviembre del 59.
MARCADA ENEMISTAD
Recuerda, por ejemplo, Ignacio "Cuate" Calderón, al que le tocó vivir sus últimos clásicos cuando Roca llegó al equipo capitalino: "Antes de un partido en el Azteca, Roca dijo que los enanos no crecen. Sin embargo, ganamos 1-0. Entonces, al final del juego nos entrevistaron y dijimos que los enanos sí crecen".
El propio Calderón, acepta que cuando se disputa un clásico, los enfermos se curan: "Resulta que nadie quiere perderse estos partidos; los que están lastimados, tratar de salir lo antes posible mediante rehabilitación".
Pero pese a que las cosas han cambiado, y que se critica mucho la falta de amor a la camiseta, lo que sí existía en los años en que los jugadores hacían huesos viejos en sus equipos, pensamos que algo sigue intacto: la gran rivalidad que priva entre las dos instituciones, donde quizá son los directivos de los dos clubes quienes se toman más en serio esta enemistad, sobre todo los americanistas, que ha llegado a cesar al técnico en turno cuando ha perdido ante Guadalajara. |